- Una vez que se comienzan las técnicas del masaje es aconsejable realizarlas de manera regular (una o dos veces al día), pues solo la constancia y la regularidad, permiten obtener el resultado deseado.
- La duración del masaje puede ser desde cinco minutos a veinte minutos, depende si se realiza de manera parcial o completa. En todo caso será el bebé el que decidirá cuando ha de finalizar.
- Los movimientos los remitiremos varias veces en cada zona.
- Las presiones han de ser seguras pero suaves.
- Cuidaremos los movimientos del masaje en zonas delicadas (abdomen).
- Mantener las manos sobre el cuerpo del bebé cuando no estemos masajeando y siempre el contacto con la mirada.
- Siempre que el bebé llore nos detendremos, hemos de intentar tranquilizarle y esperar que se calme, después continuaremos el masaje.
- El masaje no debe limitarse a trabajar con las manos sino que hay que dedicarle al pequeño todos nuestros pensamientos, toda nuestra energía, toda nuestra atención y nuestro amor.
Para terminar, no olvidemos que el masaje puede practicarse y ser recibido durante toda la vida infantil y adulta y que los niños que han sido tocados y acariciados, de mayores son personas más seguras y compasivas hacia los demás.
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